domingo, 24 de octubre de 2010

¿Quien eres ahora?

Quién eres ahora? ¿Que te ha hecho cambiar de ese modo? ¿Piensas en mi antes de dormir, del mismo modo en que yo pienso en ti? ¿Me extrañas cuando ves mis fotos?
Tu foto esta en mi closet, la veo cada vez que me cambio de ropa. Te veo a ti, a esa mujer maravillosa que conocí o creí conocer una vez. Te veo y se me llenan los ojos de lagrimas al darme cuenta que tu foto esta allí, dentro del closet, porque me avergüenza que se enteren de lo mucho que te extraño y que te necesito a pesar de todo lo que nos has hecho pasar.
¿Sientes algún tipo de remordimiento? ¿Sientes algo en especial? ¿Has querido llamarme y pedir perdón? ¿Has querido olvidar todo el pasado y volver conmigo?

Te escribo ahora, aun cuando me prometi a mi misma no volver a escribirte porque me di cuenta que mis sentimientos no significaban nada en absoluto y que no movían ni un centímetro del suelo que estas pisando, no te quitaban el aliento, no te hacían reflexionar.
Ya nada te hace reflexionar y cada día estas mas cambiada. Cada día eres menos tu. Cada día te extraño mas aunque te conozco menos. Cada noche derramo una lagrima mas que la noche anterior porque ha pasado un día mas, un día mas de cambios en tu vida, tu vida ya tan alejada de la mia.

Te escribo ahora y se que no debería, que me hace mas daño porque cada vez que te necesito cerca leo todas las cosas que te he escrito. Las leo una y otra vez y me pregunto como es posible que no te des cuenta de lo obvio que es mi mensaje; mi mensaje que te dice a gritos que vuelvas, que no se vivir sin ti, que mi existencia no tiene ningun sentido, que sin tenerte a mi lado, siendo incapaz de protegerte y de amarte, las cosas son inútiles e innecesarias.

¿Entiendes el daño que has hecho en mi? Que no quiero escribirte, que me avergüenza extrañarte, que todos me dicen que te deje ir, que te olvide, que no vas a recapacitar y en el fondo se que tienen toda la razón.

Pero no puedo dejarte ir y no creo que entiendas lo que eso significa.

Yo quería ser medico porque quería ayudar a los demás, aun a pesar de todo el daño que me han hecho, del mal que me han causado y que me siguen causando. A pesar del mar de blasfemias en que me han hundido, a pesar de los rumores de personas que aun no me conocen; a pesar de todo, yo creía fielmente que debajo de esas trivialidades, debajo de esas capas de vanidad e inseguridad existía el Bien. Yo creía que el Bien estaba dentro de todos nosotros, pensaba que nacíamos inocentes y que desde el primer día de nuestras vidas esa inocencia iba siendo opacada poco a poco. Pero yo insistia, yo insistia en que el Bien estaba en todo ser humano como parte de su constitución etérea, pensé que las personas en el fondo, muy en el fondo eran buenas y que yo, con mi labor, podría demostrarlo.

Yo quería ser medico porque, a pesar de todo, confiaba en las personas, confiaba en que las personas podían ser buenas y quería gastar todas las horas de mi vida sirviendo al prójimo, del modo en que Dios nos sirve cada día de nuestras vidas. Pensé que al ser merecedores del servicio de Dios, de repente los seres humanos si eramos de fiar en el fondo. Yo quería ver la luz que Dios veía en nosotros. Yo quería aportar al menos un granito de arena a una sociedad que malgasta sus bienes, sus cuerpos y sus vidas en busca de poder y dinero. Yo quería creer que eramos mas que eso, que eramos muchísimo mas que eso.

Pero ya no creo nada de eso, ¿sabes? Si tu me has hecho esto, ¿Qué puedo esperar de otra persona, de la vida, del mundo?, ¿Qué cosa podría esperar de un paciente? De un paciente con una vida propia, con problemas graves, con una historia que no conozco y que nunca alcanzare a conocer. De un ser humano encerrado en su propia cascara de la ignorancia, un ser humano a quien no le importa nada mas que calmar su propio dolor para volver a sus problemas y a su historia.

Ya no quiero ser medico, ya no quiero nada de esto que tengo, nada de este palacio de ideales filosóficos que me he construido, nada de ese futuro brillante que me propuse. Esa basura del bien y el mal, de la balanza, de la justicia. ¿Cómo puedo creer en algo siquiera si mi madre me ha decepcionado de este modo? Ella, la mujer que mas he amado y que mas amare en toda mi vida. La mujer por la que entregaría mi cuerpo y mi vida. La mujer por la que lloro lagrimas de sangre cada noche porque la necesito.

Necesito a mi mama, no a quien eres ahora. Pero no me doy por vencido porque aun guardo esa ilusa esperanza de que, quizás, debajo de todo ese aparataje en el que te has convertido, esta mi mama. De repente, mi mama esta allí pidiendo a gritos ser rescatada, suplicando por volver a la superficie. Guardo una esperanza y esa es mi única esperanza.

Lloro mientras te escribo ahora y llorare en un rato cuando me acueste a dormir y rece las oraciones que me enseñaste, cuando tomabas mis manos y las juntabas entre tus manos y me hablabas de Dios y de lo mucho que me amabas. Llorare en la mañana porque te habre visto en mis sueños de esta noche, llorare porque solo te vi en mis sueños, porque solo fue un sueño. Llorare mientras desayuno porque extraño tu comida y tus manias. Llorare cuando me monte en el carro y escuche las gaitas que siempre escuchabas a todo volumen cada vez que saliamos solas en el carro. Llorare cuando, al pasar por las casas, vea que todas están decoradas de navidad, con luces y arbolitos y felicidad y que mi casa sea la única apagada, muerta, sin decorar. Llorare en la noche viendo alguna película que me recuerde a ti, llorare cuando vea tu foto en el closet. Así han pasado 90 días y los que faltan aun por llegar.

Te escribo esto porque tenia que sacármelo de adentro, porque me asfixia extrañarte y amarte de este modo y no poder decírselo a nadie. Quiero ser objetiva y justa, y lo soy. Pero en mi silencio, en mi soledad, te extraño y me imagino lo bonito que seria todo si estuvieras de nuevo aquí, tocando la puerta de mi cuarto, sentándote en mi cama, hablándome de cualquier cosa porque en este momento, tan solo tu presencia me haría sonreir, el volver a escuchar mi nombre en tu voz, verme reflejada en tus pupilas, tocar tus manos, saber que eres real y que estas de vuelta. No puedes imaginarte la emoción que sentiría.

Y aquí estoy soñando de nuevo con tu regreso, mintiéndome a mi misma, jugando con mis propios sentimientos. Creyendo que mi mama entrara por esa puerta y me regalara el día mas feliz de toda mi vida, pero ya mi mama no esta, mi mama se ha ido, se perdió en el tiempo, mi mama dejo de estar en ti, ya tu no eres mi mama. Así que, dime, ¿Quién eres ahora?

No hay comentarios:

Publicar un comentario