domingo, 18 de julio de 2010

La espera

Te espere en el tiempo, en el espacio, en el silencio.
Te espere desde el mismisimo momento es que partiste.
Mantuve mis brazos cruzados y mis labios secos,
te espere incansablemente y no volviste.

Te espere porque tu adios sono a mentira,
estuve sola cada noche, cada dia.
Postrada a los pies de una cama vacia,
por respeto a tu ausencia, no tuve compañia.

Te espere como el suelo arido espera,
con la esperanza ya muerta, sin vida, espera.
Te espere en secreto, nadie lo sabia.
Entre tantas sonrisas, yo me ahogaba en la agonia.

Te espere y no tuve duda alguna, espere fielmente.
Te espere porque Dios hizo a la mujer demasiado inocente.
Te espere entre lagrimas, respiraba profundo y seguia adelante.
No hubo huellas en mi cama, manos en mis caderas ni amantes.

Te espere porque es un efecto colateral del amor, los que aman esperan.
Te espere porque vivir sin ti seria una sentencia a la peor de las condenas.
Te espere porque estoy vacia y tu me llenabas,
porque aun en el peor de mis dias, tu vida me iluminaba.

Te espere y, en medio de mi espera, me canse de esperar.
Pero tome el rumbo de nuevo, no te pude olvidar.
En medio de la espera, vi mi reemplazo entre tus brazos,
en tu corazon otros sueños, otra boca entre tus labios.

Te espere con una bolsa de ilusiones tardias,
con bolsillos repletos de melodias vacias.
Queriendo llenar tu mundo de un rosa fosforescente,
buscando que tu mundo fuera como el mio; que fuera diferente.

Pero eres tan sencillo y basico como cualquier otro,
la misma sonrisa, la misma frase, los mismos ojos.
La mente ve lo que quiere ver y la mia solo pudo ver amor
en lo que era un boceto en blanco, sin colores, sin autor.

Eras una luz que nunca estuvo encendida,
que yo veia iluminada solo porque era de dia.
Pero nunca hubo llama ni fuego,
solo las cenizas de un amor perdido en el tiempo.

Eres un holograma, invisible, intocable, incapaz de sentir,
exactamente como los otros, no hay nada mas que decir.
Y toda la ternura, las caricias y las noches fueron un juego,
pero yo me rehuso a aceptarlo, definitivamente me niego.

Me da lastima tu vida y todo aquello que te represente,
lamento haber creido que eras diferente al resto de la gente.
De verdad lamento que tu alma haya nacido sin esencia,
que seas tan reemplazable como cualquier otra presencia.

Y entre lagrimas me siento en mi cama pensando seriamente en lo efimero del tiempo,
ya no me importa tu vida, ni tus sueños, ni entre que muslos te estes divirtiendo.
Solo lamento mi desgracia eterna, incapaz de reconocer que te sigo recordando,
incapaz de aceptar que, pase lo que pase, aqui te seguire esperando.

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