Absorta en mis pensamientos,
en un silencio nublado que casi reconforta,
dibujo tus sonrisas con mis dedos;
ahogada en tu ausencia, nada importa.
Casi visualizo nuestro ultimo encuentro,
incapaz de saber que te perderia para siempre.
Y ahora te extraño sumida en la melancolia,
con nuestra ultima frase en mente.
"Te quiero",
¿Quien hubiese pensado que recrearia tu voz?
Que entregaria mis ultimas horas por escucharla de nuevo.
Por pasar solo un instante mas a tu lado
y olvidar que inesperadamente te has muerto.
Y ahora me nubla la duda de tu esencia, ¿Ahora donde estas?
¿Es la muerte en realidad un comienzo o definitivamente un final?
Cuentame que sentiste, que escuchaste.
¿Se acerco a ti un angel y ofrecio salvarte?
¿Viste un tunel oscuro y una hermosa luz al final?
Cuentame cada detalle como las historias que solias recrear.
Como cuando era una niña en tu regazo y no alcanzaba a comprender,
que tu luz alguna vez se apagaria como el sol en el atardecer.
Porque sonreia en tu sonrisa y me esforzaba en entender,
las heroicas hazañas de tu juventud con que me solias entretener.
Para entonces, en mis cortos años, de lo que contabas no entendia casi nada.
Entonces me perdia en los colores y caramelos que escondias en tu mirada.
Y tus sonrisas y tus palabras y tu aroma de abuelito
permanecen en mis manos cada vez que te escribo.
A veces pierdo la esperanza y me resigno a que no te volvere a ver,
pero el recuerdo de tu voz y tus promesas me devuelven la fe.
Aun recuerdo la ultima vez que te vi,
tus ojos para siempre cerrados; todo se detuvo alli.
Y la magia de tu mirada volo hacia los cielos,
ya no conseguia en ella aquellos colores y caramelos.
Y asi te vi por ultima vez, definitivamente ausente.
Esa imagen no se podra borrar de mi mente.
Entonces cierro mis ojos y alli estas de nuevo,
viendome con tus dulces ojos de colores y caramelos.
Y aquellas olvidadas historias repetidas las vuelves a contar,
entiendo un poco mas y esta vez me quiero quedar.
Me da un beso en la frente y me dice que debo volver,
que abra mis ojos, pero no deje de pensar en el.
Y me promete que estara conmigo en cada paso, en cada sueño;
que en las noches velara por mi para que despierte sonriendo.
Que todavia tengo mucho por vivir, aun tengo que alcanzar un millon de encuentros,
que antes de lo que espero, volvere a escuchar sus cuentos.
Que viva sin prisa alguna, sin ningun remordimiento.
Que con mi nombre hay un lugar, a su lado, en el cielo.
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