martes, 11 de agosto de 2009

A una madre

Los vagos recuerdos del ayer recorren mi silencio
como una efimera ola de calor en invierno,
llegan a mis ojos y caen lagrimas de mis ojos
que dibujan lineas de plata en el suelo.

Tuvo sentido el pasado y lo recuerdo,
lo vivo en mi carne como si ocurriera hoy,
mientras vuelo entre una memoria y otra,
pierdo la nocion de las cosas, ¿Donde estoy?

Yo te ame, tu me amaste?
Porque crei que era para siempre.
Hoy comprendo que pude equivocarme.

No me amabas, ni te molestabas en pretenderlo,
pero yo te necesitaba, es apenas lo que comprendo.

Nunca fue mi intencion herirte,
y del modo mas subliminal te agradezco,
por lo que nunca diste,
por lo que se llevo el viento.

Por las palabras que yo esperaba de ti,
por las frases que nunca dijiste,
por las espontaneas sonrisas de mis labios,
por todo aquello que te perdiste.

Por aquello que quise obtener y no me diste,
por mi afan de querer que me quisieras (aunque nunca me quisiste).

Gracias porque el mundo aun es mundo, aunque no estes aqui,
por las lagrimas que ya no brotan cuando quiero pensar en ti.

Porque aprendi sola y de mis propias caidas,
por que no te debo ni una de mis sonrisas,
porque hoy soy mejor que ayer,
porque no soy tan ingenua para volver a creer.

Mirame a los ojos y dime que lo sientes, ¿te atreves?
que nunca quisiste herirme, dime que me quieres.
dime que el pasado quedo inerte entre otras cosas,
que mi sufrimiento no volvera y ya nada importa.

Mienteme asi, sentimentalmente,
mienteme con empeño, como miente toda la gente.
Dime que siempre cuidaste de mi,
dime que siempre pude confiar en ti.

Dime que te importe, que mi existencia valio la pena,
que permanecer lejos de mi seria la peor condena.

Ya no me mires, ya puedes irte, no vuelvas,
ya no creo en tus convincentes mentiras verdaderas,
no creo en tu palabra ni en tu silencio,
eres un ser egoista que no lleva nada por dentro.

Me arrepiento de haber sufrido por ti,
lamento haberte amado con la intensidad con que lo hice,
Lamento que tu despedida me haya puesto triste,
lamento haber confesado lo mucho que te quise.

Hoy sonrio para mis adentros, creo que he tenido suerte,
con tu injustificado abandono me he vuelto una mujer mas fuerte.
Tu inesperada partida ya no me brinda ni frio ni calor,
y te agradezco porque se que, sin ti, mi mundo sera un lugar mejor.

P.S.
Madre no es un nombre, es un papel,
es el ideal de idolatria que nunca pudiste ser.
si tan solo te hubiese importado, si tan solo lo hubieses intentado,
nuestra historia hubiese sido distinta y todo habria cambiado.

Cambiado para mejor,
para lo perfecto,
para tomarnos de la mano
y caminar el camino correcto.

Hubieses caminado ese camino a mi lado
y enorgullecerte al verme cargar mi cruz,
como se enorgullecio aquella mujer,
aun en el lecho de muerte de su hijo: Jesus.

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