martes, 5 de abril de 2011

Mi apolo de ojos de cielo

No queda en el mundo una sonrisa como la tuya, ya no. 

Que la intensidad que irradian tus ojos solo puede compararse con la luz de la salvacion que ven algunos cristianos segundos antes de morir. Que haber paseado moribunda por las esquinas de tu boca fue volver a nacer. Que te dedico versos bonitos porque no te merezco, porque tu perfeccion no se compara a algo que yo podria darme el lujo de tener, no eres algo que yo podria costear, eres demasiado. Que te escribo porque tengo la certeza de que nunca leeras esto.

Se me caen las mejillas sonrojadas mientras pienso en tus besos de cereza, en tus ojos de cielo, en tus manos del infierno. Que estar cerca de ti era el purgatorio, que eras la dualidad hombre-niño en todo su esplendor y que los mejores sueños que tuve fueron contigo.

Que si, que protagonizaste el capitulo mas hermoso de mi vida y, ahora, mas lejano y casi irreal.
Que Dios estuvo jugando con los dados cuando te puso en mi camino, que no se suponia que algo tan espectacular respirara el aire tan cerca de mi rostro, que no se suponia que las manos de un Apolo contemporano tocaran mi espalda impura de Magdalena, que no se suponia que tus besos se confundieran con los mios, que si Dios fuera mujer como yo, ella tambien te amaria.

Que yo escuchaba la brisa salada del mar con cada palabra que salia de tu boca, de tu hermosa y soñada boca, tu boca que tantas veces fue mia; tu boca que ya nunca mas volvera a acercarse ni remotamente a mi existencia.

Te amo con locura, tu lo sabes. Y yo se lo que sentiste, pero no se lo que sientes.
Dime, hombre hermoso inmaculado, ¿Que sientes?
Apolo con ojos de cielo, dime, ¿Sientes algo?

Que tu piel fue la mas fina seda con la que me he vestido jamas, que la convexidad de tu cuerpo fue el paseo mas largo e inolvidable de mi vida, que los recovecos de tu cuello con aroma a miel fueron lo mas dulce que he tenido el placer de probar y por encima de todo, que te extraño, que te extraño locamente y que se que no volveras.

Si, que en una de esas noches locas cuando yo era tuya y cuando tu eras mio pude comprobar que tu rostro fue tallado por los angeles del cielo y que tu picardia era, sin duda, obra del demonio. Comprobe que arriba de tu cintura me mostrabas el cielo y que debajo de ella me dabas un recorrido turistico por el infierno; comprobe que tu cintura entonces debia ser el purgatorio; comprobe que queria vivir amarrada a tu cintura por el resto de mis dias mortales, que queria morir alli, anclada para siempre en ti.

Pero la gente cambia, las estaciones pasan y Sabina tenia razon: "La primavera dura solo un segundo".
Mi primavera contigo no duro nada, pero duro lo que duro mi vida. Que ya no vivo desde que te fuiste, desde que te bote o desde que saliste corriendo, desde que huiste de mi vida, de mis demonios, de mis trastornos psicologicos, desde que tu ausencia es lo unico tuyo que me hace compañia.

Te escribo y me siento tonta, siento que mi autoestima ya roza el subsuelo, que alli esta mejor.

Debo confesarte que me hubiese gustado estar hoy aqui sentada escribiendote como lo estoy haciendo ahora, con la unica diferencia de que me hubiese encantado estar sentada sobre tus piernas, recitandote en voz alta cada verso de nuestra historia antes de escribirla, pidiendo tu aprobacion y un beso por cada palabra. Que quisiera estar escribiendo de ti, de nosotros, como la historia mas hermosa jamas contada.

En cambio, estoy aqui sola, sentada en una silla que solo quiere que me pare y que la deje descansar de mi angustia, con la ventana abierta, soñando despierta con tu rostro tallado por los angeles, con tu cintura, con tu purgatorio, con lo que debio haber sido el resto de mi vida.

Mis historias tristes, mis lamentos.. Ya no se que hacer con todo esto.

Estoy a tres pasos de la locura. Quiero olvidarte, pero olvidarte solo me obliga primero a recordarte y cuando caigo en el vicio de tu recuerdo descubro por enesima vez que formas parte de mi esencia, de mi alma, que no puedo ocultarte, ni borrarte, ni disimularte.. Que no puedo olvidarte aunque me aferre a ese intento durante el tiempo que me quede en este planeta.

Que te sigo esperando aunque no vuelvas, que algunas noches dejo la puerta sin llave por si ocurre el milagro de que vuelvas. Que mi ropa interior favorita es la que use aquella primera noche contigo, que me da buena suerte. Que te tatuaste en cada centimetro de mi cuerpo, que mi cama retiene el olor a ti, que mis sueños no han dejado de ser contigo, que quiero morirme pronto, como buena cristiana, para ver la luz de la salvacion y que me recuerde a la intensidad de tu mirada.. Que, por encima de todo, te extraño, que te extraño locamente y que se que no volveras.

No queda en el mundo una sonrisa como la tuya, ya no. 

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