Yo tuve una vez un sueño y ese sueño tenia tu nombre.
Que rápido ha pasado el tiempo, que rápido aprendí a olvidarte, que triste y vacio se siente a veces mi corazón sin tu recuerdo, sin tu dolor punzante, sin la necesidad de tenerte cerca.
Si retrocedo el tiempo, nunca me hubiese podido imaginar que lograría superar un día sin verte en la cocina cada mañana, sin tu café, sin escuchar tu voz al despertarme y antes de dormir, sin tus baladas ochenteras en la sala cada tarde, sin escuchar el soundtrack de tu vida en las canciones de Luis Miguel, sin uno de tus mensajes de texto explotando mi celular cada media hora solo para asegurarte que yo estaba bien.
Nunca me hubiese creído capaz de pasar una navidad sin un arbolito en la casa, sin luces, sin gaitas y sin alboroto. Nunca, ni remotamente lo hubiese podido imaginar.
¿Quién hubiese pensado que aprendería a vivir sin ti y sin tu recuerdo? Nadie.
Que mientras lloraba lagrimas de sangre por ti, el resto de mi mundo te estaba olvidando, borrando de mi universo.
Que sin darme cuenta fui ocultando tus fotos, tus huellas, tus palabras y cualquier cosa que pudiera recordarme a ti, que pudiera reabrir la herida que yo intentaba suturar todas las noches.
¿Cómo iba a saber que yo sola aprendería a tomar tantas decisiones sin buscar tu apoyo, tu consejo, tu mano en la mía? ¿Cómo iba a saber yo que me sentiría siquiera capaz de pasar 24 horas sin extrañar tu voz, tu sonrisa y tu mirada tan dulce y ahora tan olvidada?
No sabia que algún día tu rostro se pudiera hacer tan borroso que me costara recordarlo, nunca. Que sigues con vida en alguna parte de este mundo, pero que yo ya no lo siento, que necesito extrañarte para seguir con vida y que hace tiempo mori.
Ya no esta tu almuerzo exquisito en la mesa cada mediodía, pero esta mi intento frustrado de aprender a cocinar.
Ya no está tu música ochentera en las tardes, pero están un par de canciones que a veces escucho y me hacen sonreír.
Ya no esta el televisor donde soliamos ver películas juntas, pero esta un mueble nuevo donde organizamos las cosas que no caben en otro lugar.
Ya no estas en la cocina cada mañana preparando el café y hablándome de cualquier cosa, pero estoy yo sola comiendo cualquier cosa cruda convenciéndome de que el día será maravilloso.
Ya no esta lo que quedo de tu ropa y tus zapatos en el closet pero se que le regale abrigo a alguien que tenia frio y cubri los pies de algunos que andaban descalzos.
Ya no esta el cuadro de tu primera comunión al subir las escaleras, pero esta un cuadro recién comprado con un hermoso paisaje.
Ya no están tus ojos que lloraban de tristeza, soledad e incomprensión, pero están mis lagrimas algunas noches ocupando ese lugar.
Ya no esta el piano que tenias desde que eras apenas una niña, pero al menos la sala se ve mas amplia y despejada.
Ya no esta tu cuarto, pero ahora tenemos un deposito.
Ya no esta tu recuerdo, pero esta mi culpa.
Me duele haberte olvidado, pero soy incapaz de recordarte, por mas que me esfuerzo no puedo. Parece que fue mejor el remedio que la enfermedad.
Que hoy soy una mejor persona, que ya no miro hacia atrás. Que conocí a mi corta edad lo profundo de una verdadera herida, que nunca había estado mas sola en mi vida, que nunca tuve tanto tiempo para llorar, reflexionar y exorcizarme de aquellos demonios que empobrecían mi alma.
Que ahora me despierto cada mañana sonriente porque se de lo que soy capaz de hacer y de no hacer, que se que puedo decir y callar lo que quiera; que ya he sufrido tanto que ya nada puede ser peor. Que soy mas fuerte, mucho mas fuerte de lo que creía ser antes, que nada puede derrumbarme, que después del dolor que me causaste ya nada puede compararse ni remotamente a eso, que te agradezco el dolor, que ahora he madurado, he crecido y soy una mujer mas completa.
Que es verdad, que no confio en nadie; que me he vuelto una experta en mentir y en simular emociones, que ahora soy tan fría que no querrías ni siquiera volver a verme; que ahora si soy mala, realmente mala; que ya no me corre sangre por las venas y que perdí el interés en el juicio y en la conciencia; que hago lo que quiero porque el resto ya no me importa; que gracias a ti he mejorado mi adaptación en este medio ambiente; que gracia; que ahora siempre, siempre estaré sola.
Debo confesarlo, a veces ver a una madre y a su hija hablando de temas de la vida, verlas abrazadas, tomadas de mano, me mata de envidia. Si, a veces no puedo contener las lagrimas. A veces me pregunto, hace un tiempo, mientras mi única preocupación era hacer la carta de navidad o pedir una Barbie nueva, ¿Como hubiese podido imaginarme que me convertiría en esta cosa inútil, incapaz de dar o recibir amor? ¿Cómo hubiese podido pasar por mi cabeza semejante idea?
Pero mirame ahora. Soy mas fuerte, mas directa, mas humilde, mas centrada.
Hago lo que me provoca mientras el resto se queda allí de pie apuntándome, juzgándome y creyendo que yo hare algo al respecto. Ya no busco aprobación en nadie, solo en mi.
Ahora tomare mis decisiones sin importar las consecuencias, tomare riesgos, hare lo que tenga que hacer para conseguir cualquier cosa parecida a la felicidad, aunque me dure solo 5 minutos.
Ahora no te extraño en las mañanas ni te lloro por las noches, de hecho, a veces pasan días y días sin que tu recuerdo se me acerque.
Después de tantos cambios, al final del día, no sabria decirte si tu decisión fue la correcta o la equivocada, solo puedo decirte que el efecto que causo en mi es lo que ves ahora en mi rostro, nada mas que eso.
Solo puedo mostrarte con hechos las consecuencias de tu partida.
Yo tuve una vez un sueño y ese sueño tenia tu nombre.